Por:

Daniel Rubio Uribe

*Ilustración de Sylvain Saurel

La creatividad y la innovación son fundamentales a la hora de iniciar un proyecto o emprendimiento. 

Hay diferentes formas de ver la creatividad y no se trata de tener una idea creativa sino de que esa idea sirva para algo. Tampoco es una herramienta, es más una forma de pensar y son procesos que comprenden herramientas donde lo importante no es solo dejar volar las ideas sino saberlas aterrizar. La creatividad tiene mucho que ver con ser auténtico, con pensar diferente y con dejar el miedo a un lado. 

Considero interesante la manera en la cual Ruth Noller define la fórmula del comportamiento creativo a través de la composición de varios factores donde la creatividad es igual a la función del conocimiento (K=knowledge) por imaginación (I) por evaluación (E):

*Fórmula comportamiento creativo por Ruth Noller 

El “mindset” emprendedor tiene que ver con la actitud, con ser una persona líder, positiva, alegre, abierta a nuevas posibilidades, adaptable, resiliente y con un propósito claro. Ese mindset emprendedor es fundamental a la hora de crear nuevas oportunidades. 

Es importante conocer el tema del que se está hablando y que se pretende solucionar porque si no, se puede cometer el error de traer ideas frescas pero no tan útiles. 

La imaginación tiene que ver con pensar en nuevas oportunidades, y la evaluación es el pensamiento crítico que permite aterrizar todas esas oportunidades. 

En resumen, el proceso creativo tiene que ver con entender los problemas y retos, buscar nuevas ideas y soluciones, fortalecer esas ideas probando, aprendiendo y ajustando, y por último planeando la acción. La innovación requiere de acción y es un proceso que permite la exitosa implementación de esas ideas en un entorno específico.

¿Cómo pasar de la idea a la acción? 

El emprendimiento es donde convergen las habilidades con la pasión y se soluciona un problema de una manera diferente y más innovadora. Cuando hablamos de solucionar de una nueva manera, la experimentación y el proceso de innovación se pone en práctica a través de la prueba y error, buscando validar las hipótesis que buscan atender un dolor en el mercado.  

Las oportunidades no necesariamente están en re-inventarse la rueda, ni en tener una buena idea del día a la noche; las oportunidades se construyen estudiando muy bien el mercado y sobre todo pasando a la ejecución. Si bien muchas veces parte de innovar es crear algo nuevo, la realidad es que innovar también es adaptar, mejorar, re-idear, entregar y capturar valor de una manera distinta. 

La mejor manera de pasar de la idea a la acción es entendiendo que existen muchas ideas pero pocos ejecutores, razón por la cual la idea es el 1%, pero la transpiración y ejecución el 99%. Realizado es mejor que perfecto pero el éxito no llega del día a la noche, como tal vez muchas veces se cree. 

En el proceso, siempre habrá un gran espacio para el aprendizaje que con el tiempo permita ajustar para maximizar las probabilidades de éxito y es por esto que la resiliencia siempre será un factor clave. 

Por último, no se puede saltar al vacío sin prepararse para construir un par de alas mientras cae, por lo que también es muy importante planear con mucho detenimiento cualquier decisión. 

¿Es verdad que debo invertir lo menos posible en un producto mínimo viable?

Para pasar de la idea a la acción se debe realizar un trabajo previo de investigación de mercado y análisis guiado por discusiones abiertas sobre nuevos productos y soluciones; esto para determinar las posibles reacciones que se pueden esperar de una población más amplia. 

Hay que tener en cuenta que en una etapa inicial entre más tiempo y dinero se invierta, más difícil va a ser ajustar y cambiar; se debe tener en cuenta que en un proceso de innovación, la prueba y error es lo habitual.

Es por esto que el ideal es invertir lo menos posible en el prototipo o el MVP (minimum viable product/producto mínimo viable) para pivotear y seguir armando un  proyecto que no sea tan costoso y tal vez hasta inviable. 

De esta manera, hay que avanzar rápidamente a un primer encuentro comercial de la venta y de la idea, para luego avanzar a una nueva etapa del proceso innovador y del modelo de negocio. Dicen que si te sientes tranquilo con el lanzamiento de tu producto mínimo viable, te demoraste mucho en lanzarlo. También es válido trabajar con un prototipo de baja resolución para validar hipótesis con tus futuros clientes.

Oír a los clientes es muy importante, no solo para validar las hipótesis en una primera instancia  sino también buscando desaprender para aprender. Enfocarse en el cliente será siempre fundamental, pues se dice que lo único que puede resolver cualquier problema que se tenga en un emprendimiento son las ventas.

Igual de importante es estar abiertos a las sugerencias y no valorar los emprendimientos con el corazón, entendiendo que el feedback es clave si se busca mejorar y crecer. 

El prototipo de baja resolución (mockups, storyboards, etc) o el MVP debe ser siempre funcional y es posible que inclusive la oportunidad que había analizado también haya cambiado. 

Considero que la siguiente imagen refleja muy bien lo que debe tener en cuenta donde un producto mínimo viable no es poner a prueba la llanta del carro y tampoco es una patineta que permite movilizarse del punto A al punto B cuando lo que se pretende entregar al mercado es un carro. 

En definitiva, el MVP debe ser el carro (funcional) así aún no tenga motor ni el mejor diseño aerodinámico, entre otros. 

*Imagen de Fred Voorhorst

¿Qué son los KPIs o indicadores clave de rendimiento y por qué son importantes?

El término KPI’s “Key Performance Indicators” en español hace referencia a los indicadores clave de rendimiento.

Es importante tener métricas que permitan sintetizar la información para entender la productividad y el comportamiento de las validaciones y experimentos que se realizan en el emprendimiento,  así como la comprobación de hipótesis que buscan atender un problema en el mercado.

Es fundamental entender cuáles son los KPIs que se deben medir -y no solo definirlos sino efectivamente tener la cultura de medirlos- cada semana para tomar decisiones informadas en función del modelo de negocio, pues “sin data no eres más que una persona con una opinión” (W. Edwards Deming).

La intuición emprendedora es válida, pero acompañarla de datos que te permitan tomar decisiones es fundamental para aumentar las probabilidades de éxito de tu emprendimiento. 

En definitiva, la creatividad y la innovación son fundamentales en las etapas iniciales de cualquier emprendimiento. Cuestionar lo que las personas dicen que hacen, observar lo que hacen las personas y explorar lo que viven las personas permite no dar las cosas por sentado para llegar a ideas novedosas. 

Por último, para que una idea innovadora sea sostenible debe ser deseable (responder a las necesidades de los usuarios), viable (que se pueda realizar) y factible (rentable). 

“Un emprendedor ve oportunidades donde otros sólo ven problemas”.

Michel Gerbe